En la escala de preocupaciones vitales quizás la física o la estética pudieran parecer las menos importantes pero…
¿qué duda cabe que cómo te ves (tu autoimagen)
impacta en lo que crees de ti (autoconcepto)?
Llevo tres semanas entrenando más fuerte de lo habitual y he ganado 6 kilos.
Salgo de los entrenos y me comería una vaca.
Y eso, al final tiene sus consecuencias.
Al compartir este pensamiento me han dicho:
El músculo pesa más que la grasa…
Puede que en parte sí, pero no todo. Me siento inflada y no me gusta. O, mejor dicho, no es que no me guste. Es que me gustaría más si los pantalones no me apretaran tanto como para temer que mis ojos salgan volando.
Quizás desde fuera ni se note. Pero eso ¿qué más da?
Lo que importa es cómo te sientes tú. Y esto depende de lo que tú te cuentas respecto a lo que te pasa. Es decir, del diálogo que tú decidas mantener en tu cabeza.
Ante unos resultados que no te gustan puedes, como mínimo, hacer tres cosas:
- Seguir haciendo lo mismo esperando resultados diferentes.Es decir, Quejarte, entrar en el victimismo y culpa que, probablemente te lleven a comportamientos autodestructivos (visibles o invisibles) para acabar no solo obteniendo los mismos resultados sino que, ahora, le añades el sentirte peor porque eres consciente de lo que debes cambiar.
- Seguir haciendo lo mismo esperando los mismos resultados. Aceptación. Esto se ve muy claro en relaciones donde sabes que el otro no va a cambiar. A veces, la mejor actitud es simplemente aceptar cómo son las cosas.
- Cambiar de comportamiento. Por experiencia, muchas veces el paso anterior se convierte en una puerta mágica para el cambio. Cuando aceptas y amas cómo son las cosas algo se libera y aparecen el espacio, las ganas y la creatividad para cambiar.
Así que decidí aceptar este hecho que, por tonto que parezca, podría ser extrapolable a muchas situaciones de nuestra vida.
Después de aceptar la situación decidí cambiar.
Llegué a una negociación conmigo misma.
Uno de mis valores top es la gastronomía así que eso era algo que no quería sacrificar.
Entonces, ¿por dónde podría venir la solución?
Dejé de darle vueltas y escuchando uno de los Podcast de “Tengo un plan” en Youtube donde entrevistaban a Alex Rovira (maravillosa entrevista, por cierto) me llamó la atención una de las frases que mencionó el entrevistado:
“El veneno está en la dosis” decía Paracelso.
¡Bingo! Esa era la solución.
Te dejo aquí el podcast por si le quieres echar un vistazo. No tiene desperdicio.
Sigo comiendo de todo, pero un tercio menos de lo que he estado comiendo.
Nada más.
No paso hambre, no me siento inflada y me siento mucho mejor conmigo misma.
Preguntas para ti:
- ¿Cómo puedes amarte un poquito más ahora mismo mientras lees este mail?
- ¿Cómo puedes mostrarte un poquito más de amor?
- Si hay algún resultado en tu vida que no te gusta y que depende de ti, ¿qué puedes hacer, por pequeño que sea, para cambiarlo?
- ¿Qué estás haciendo o tomando en mayores dosis de las que te proporcionan un bien?
🙏🏽Gracias por leerme. Significa el mundo para mí. 🙏🏽
🤗Un abrazo de corazón 💚a corazón.💚
Con todo mi amor,