No sé si llevas años con tu pareja, estás en una relación romántica o lo has estado recientemente. Me gustaría compartirte algo cuyo origen ha sido escuchar diferentes historias que empiezan mágicas, increíbles y fantásticas y acaban torciéndose.
¿Las razones? Pueden ser muchas. Hoy te voy a hablar de una de ellas y el domingo que viene de otra.
Tu sitio.
Comenzamos la relación con nuestro infiel compañero: el éxtasis. Esa bomba de hormonas que provocan una sensación de conexión sin igual con nuestra pareja. Ese fenómeno mucho puede tener que ver con nuestra supervivencia aunque también podría asemejarse a una de las experiencias más espirituales que podamos apreciar como humanos.
Pasado ese éxtasis comienza una bajada que, tratada con madurez puede simplemente llevarnos a una relación de seguridad y mayor confianza con la persona con la que hemos decidido compartir un trozo de nuestra vida o toda ella.
Ese proceso de bajada puede suceder en diferentes tiempos para cada miembro de la pareja. Pongamos el caso de que el otro es la primera persona que empieza a ver “las verdades”. Si esto sucede, sentirás cómo bajo tus pies se desploma el podio donde un día estuviste. Entonces sentirás miedo. Un miedo muy conocido: miedo al rechazo, a no ser suficiente, a ser amado.
Por lo tanto, muchas de nuestras relaciones amorosas acaban yéndose a pique en el momento en que permitimos la entrada de pensamientos como el de “me va a abandonar”, “mi vida será menos o peor sin esta persona”; “¿qué será de mí sin…?”
Ante esa posibilidad, te comportas de una forma poco amorosa contigo. Empiezas a salirte de tu eje, a desalinearte, a dudar de ti, a sentir inseguridad. Sospechas, miras el móvil 80.000 veces. Tu sistema reptiliano solo está atento a una cosa. De pronto, el resto de tu existencia solo es válida si esta otra persona te valida con su mirada, con sus palabras y gestos de amor.
Y eso provoca aún más rechazo por parte de la otra persona, que se enamoró de ti cuando tú te querías.
El inicio del fin sucede cuando dejamos de actuar por amor y empezamos a actuar desde el miedo.
Vuelve a tu sitio.
Vete a tu sitio.
Reconecta con tu amor por ti.
Porque, cuando lo haces, aquello que deseas volverá a ti.
Y, si no vuelve, es que nunca fue tuyo.
O sí, pero tan solo por un tiempo.
Hay personas que vienen a nuestra vida
por una razón
otras para una estación y…
otras para toda la vida.
Y, para «volver a tu sitio» es importante aprender a amarte bajo cualquier circunstancia.
Porque lo importante no es que no te pase nada sino que, pase lo que pase, seas capaz de llevar el timón de tu vida a un buen lugar. A uno de autocuidado y amor.
Solo así podrás verdaderamente entregarte a los demás y convertirte en la mejor compañía para ti y para el resto.
Más Kindfulness para todos.
Porque no todos vamos en el mismo barco,
Pero todos compartimos el mismo mar.
💚¡Un abrazo de corazón a corazón 💚 y …
¡Ojalá seas tú todos los días de tu vida!
Con todo mi amor,