Hoy quiero compartirte una historia de fe que, quizá, ya hayas escuchado alguna vez en mis palabras. Pero esta vez, me ha inspirado el libro de Francesc Miralles, Escrito en la tierra—una joya a lo Big Magic de Elizabeth Gilbert que te recomiendo si buscas una lectura entretenida, inspiradora, con humor inglés e inteligencia fuera de este planeta.
En el libro, Francesc menciona una frase de Churchill que me resuena profundamente:
«Si atraviesas el infierno, no te detengas, sigue caminando.»
Debía ser octubre de 2022. La situación económica era muy delicada. Tenía unos 8.000 € de gastos fijos y las cuentas no cuadraban, los gastos apretaban, y trabajaba muchísimo para mantenerme a flote. Y dentro de ese caos, algo sucedió.
Soy fanática de Muse. Una noche, apareció un anuncio de su concierto en Berlín. Miré las entradas. Carísimas. ¿Cómo iba a justificar esa locura estando en tremenda deuda? Pero había algo en mí, algo visceral, que insistía: No puedes no ir.
Primero las entradas costaban 300€. Dejé pasar unos días para pensarlo. Ya iban por 500€. Era una insensatez…
Aún así había algo más fuerte que yo que me instaba a hacerlo. Lo hice. Pedí prestado dinero, compré la entrada, alojamiento, y me planté en Berlín, disfrutando de ese fin de semana más de lo que te puedo explicar con palabras.
Había reconectado con ese lugar dentro de mí donde se guardan las posibilidades infinitas. Hay un lugar así dentro de ti también.
Al volver, como por arte de magia, llegó un dinero inesperado que me permitió devolver lo prestado en solo una semana.
Ese viaje, lejos de ser un capricho, fue un punto de inflexión. Salí del entorno de escasez y me conecté con algo más grande: gratitud, fe, y confianza.
Desde mi vuelta de Berlín hasta el 14 de enero de 2023, medité cada día con una intención clara: agradecer lo que tenía y actuar desde el amor y la generosidad. No iba a hacer las cosas para ganar dinero sino porque quería aportar al mundo. Cada día, después de meditar, me preguntaba: ¿Qué es lo más importante que debo hacer hoy? Lo apuntaba y lo hacía.
Lo que pasó después fue sorprendente. La abundancia llegó. Y no solo pude pagar deudas, sino contar con un colchoncito e incluso poner mi dinero a jugar en pequeñas inversiones. Me dio paz. Y más que eso, me enseñó que, aunque no veas el camino, hay que seguir andando.
Cuando sueltas, cuando confías, cuando te olvidas del objetivo final y te enamoras del proceso y de su excelencia los resultados deseados llegan a ti.
Convirtiéndote en expresión de amor, abundancia y confianza, te conviertes, a su vez, en el imán para que lo que deseas venga a ti. Pero no lo hagas solo por eso. Hazlo porque en el camino de esa conversión tú crecerás y serás una mejor compañía para el mundo.
Con todo mi amor 💚,
¡Espero que estas palabras sean de tu agrado!
Más Kindfulness para todos.
Porque no todos vamos en el mismo barco,
Pero todos compartimos el mismo mar.
💚¡Un abrazo de corazón a corazón 💚 y …
¡Ojalá seas tú todos los días de tu vida!
Con todo mi amor,