¿Tu tiempo vuela?
Si el tiempo vuela, vuela con él.
¿Qué te permite volar con el tiempo? ¿Bailar con él?
Tomar la menor cantidad de decisiones posible.
¿Y cómo se hace eso?
– Decidiendo quién quieres ser de antemano.
– Eligiendo cuál va a ser tu próxima estación.
Cuando sabes a dónde vas o, al menos sabes qué quieres sentir al llegar allá, las decisiones entre donde estás y donde quieres llegar, se “toman solas”. Es como si le mandaras a tu cerebro las coordenadas de tu siguiente destino y tu mente ya supiera qué ruta tomar.
¿Te imaginas que el GPS te preguntara por qué ruta seguir ante cada bifurcación?
¡Qué dolor de cabeza!
Así funciona tu mente. Dale las coordenadas del destino y ella sola escogerá la mejor ruta.
Tu mente es un artefacto milagroso que obedece las órdenes que tú le das.
Tan solo apunta a un lugar y, después, céntrate en disfrutar del proceso.
No se trata tanto de lo que vayas a conseguir una vez llegues a la siguiente estación, sino más bien de lo que eres capaz de desarrollar en el camino.
Los objetivos, estaciones o paradas son tan solo una excusa para poder poner en juego la máxima y mejor expresión de tu ser.
Cuanto más lejos de tu yo actual estén esos objetivos, más oportunidad de crecimiento te brindará el camino.
Y, el tiempo cuando estás creciendo pasa como un periodo divino si te permites volar con él.
Vuela a cada paso, aunque no sepas muy bien a dónde vas.
No importa a dónde vayas pero que sea lejos.
Lejos de ti pero más cerca que nunca.
Nunca estarás más cerca de ti, sintiendo que estás volando con el tiempo, como cuando sientes tu alma en completa expansión.
¿Sabes?
El tiempo pasa lento cuando te encuentras en aguas estancadas.
Cuando dudas.
Cuando estás haciendo cosas que no quieres hacer.
Cuando te sientes atrapad@.
Cuando no estás tomando la decisión que sabes hace tiempo, que deberías haber tomado.
Atrévete a ir lejos, tanto hacia tu mundo interior, como hacia tu mundo exterior (relaciones y entorno).
El tiempo vuela cuando estás al mando de tus pensamientos y tus sentimientos, cuando no dejas en manos de otros tu… tiempo.
Por eso, hoy, nos invito a volar con el tiempo.
Si el tiempo vuela, vuela con él.
¡Un abrazo y ojalá seas tú todos los días de tu vida!