Solo quería decirte que si sientes inquietud…

Si todo está bien en tu vida ahora, quizás este post no es para ti.
O, guárdalo, por si acaso para otra ocasión.
Si sientes dudas, confusión, inquietud o agobio, te dedico cada palabra…
A veces, yo también me siento confundida, perdida, inquieta y con la sensación de que me engulle una ola de incertidumbre aterradora.
Yo también suspiro esperando que con el aire se disipe la niebla de mi mente, los elefantes en el estómago porque no, no son mariposas.
En medio de este huracán de opciones, caminos, relaciones, estímulos, desajustes, contrariedades, oportunidades, subidas y bajadas… ¿sabes qué?
En medio de todo…
Yo solo quería que me dijeras que todo estará bien o, mejor dicho, que todo está bien.
No esperaba que vinieras corriendo a rescatarme,
Ni siquiera que me llamaras.
Yo solo quería que alguien me hiciera saber que no estaba sola,
Que somos muchos los que nadamos en círculos, en este mar de dudas.
Y que la soledad, compartida, se convierte en un bálsamo para las heridas.
Yo solo quería que alguien me indicara dónde estaba el Norte,
Que me dijera que no estaba perdida porque, en realidad,
Sí sé donde estoy: estoy aquí, ahora.
Solo quería que me susurraras que el mejor sitio donde puedo estar es éste.
Y que, si alzaba tan solo un poco la mirada, me encontraría con mil boyas y barcas sobre las que poder tomar aliento y perspectiva.
Y, desde ahí, poder comprobar, para mi alivio que… ni tan sola, ni tan perdida.
Que el Norte siempre estuvo ahí, con su brújula apuntando al centro mismo de mi pecho.
Y que si coloco una mano sobre mi corazón y la otra para cubrirla,
Cerrando los ojos te veo reflejad@ en el espejo de mi interior.
Lo que intento decirte es que te echo de menos en los momentos donde dejo de confiar.
Y que me encantaría que estuvieras, aquí conmigo, siempre…
Que desearía tanto que en esos momentos de desesperación del alma aparecieras y me sostuvieras con tu fuerza de lobo.
Y sobre tu lomo tumbarme mientras tú llevas a mi cuerpo cansado hacia un lugar seguro y cierto.
A veces, desearía atreverme a invocarte y segundos después me arrepiento.
Porque temo que no me quieras en esta forma humana y frágil,
En esta que clama “no soy suficiente”.
En esta más fea, menos brillante y quizás, para ti, indeseable.
Porque en silencio, deseo que me quieras con la cola entre las piernas, la cabeza gacha y el corazón hecho un ovillo.
¿Sabes?
Yo solo quería que me besaras la frente con tu hocico,
Dieras las 7 vueltas a mí alrededor mientras aullabas a la luna llena.
Arañando la tierra bajo tus garras, levantando el polvo.
Quería observar cómo, una vez más, te quitabas la capa de escarcha
y me defendías por todos los frentes.
Casi no me atrevo a decirte que desearía
tenerte tan cerca como para oler tu aliento,
De dientes afilados enmarcado.
Tan cerca que tus ojos irreverentes me iluminaran con sus destellos.
Esos ojos, tan llenos de verdad, tan vacíos de lo que no importa.
Yo, en realidad, solo quería decirte que te admiro,
Quizás te envidio.
Solo quería decirte que cada día sueño con ser tú.
Es que lo soy, contestas desde el otro lado del espejo.
En una palabra, ¿cuál es tu sensación después de leer estas palabras?
¡Un abrazo y ojalá seas tú todos los días de tu vida!