Recuerdos de tu yo del pasado
Hoy te escribo desde mi antigua casa, en Navata. Mantengo una buena relación con los nuevos inquilinos. Con uno de ellos conviví durante unos meses el año pasado y han tenido la amabilidad y generosidad de permitirme pasar este fin de semana por aquí.
No tengo palabras suficientes para expresar lo extraño que es volver a un lugar que ha quedado exactamente igual que como lo dejé en cuanto a objetos pero que ha cambiado tanto de energía.
Todo está igual. Y, sin embargo todo ha cambiado.
Yo he cambiado. La energía de la casa ha cambiado.
Las casas están hechas no solo de objetos, sino de la energía de los que la habitan.
En esta casa quedan todas mis referencias del pasado que puedas imaginar y, a la vez, me siento como una visitante. Me siento a la vez en casa y a la vez como una invitada a mi propia vida.
Se me mezclan la nostalgia por todo lo bueno que aquí viví con la admiración por mi yo del pasado que fue capaz de aventurarse, junto a otras personas, a construir lo que ahora sí, puedo apreciar como un imperio.
De esta visita al pasado me llevo dos conclusiones y una pregunta.
Conclusiones:
- Cuando tienes una visión clara de lo que quieres y lo quieres mucho eres capaz de conseguir lo que sea. Lo más importante, más que tenerlo claro, es quererlo por encima de todas las cosas. Si solo depende de ti, en el sentido de que no implica influir en el libre albedrío de otro (como puede ser una relación), todo lo que imagines lo puedes conseguir. Ahora bien, ¿cuánto lo quieres? ¿Cuánto quieres lo que quieres? Si no lo tienes es que no lo quieres tanto o bien que no va por ahí tu camino. Cuando los dos confluyen (visión clara + deseo ardiente), puede haber dificultades pero al final si es para ti, sale adelante.
- Me quito el sombrero por mi yo del pasado que fue capaz, junto con la inestimable ayuda de mis personas queridas, de llevar adelante una masía, una escuela y un negocio de formación a la vez y no morir en el intento. Que me baje del tren unos meses no significa que sea una fracasada (como quiere convencerme una de mis voces). Significa que si una vez fui capaz de conquistar esas cimas, puedo volver a hacerlo. ¿Y sabes qué? Siempre se puede volver a empezar. Pero esta vez, con todo lo que sé, con todo lo que aprendí. Así que, si estás en un momento donde no tienes muy claro hacia dónde ir, respira. Dentro de una vida caben muchas.
Pregunta:
Si tuvieras la ocasión de pasar un fin de semana en un momento de tu vida del pasado, ¿a qué momento te irías?
Recuerda que no puedes cambiar nada pero sí puedes presenciarTE en un momento concreto.
¿A cuál te irías?
Yo me iría a tres:
- Me cogería en brazos como recién nacida.
- Observaría qué proceso seguía para conectarme con mi intuición más profunda.
- Iría al año 2019 donde, a pesar de estar en quiebra económica total, me sentía invencible y llena de Fe a pesar de no contar con ninguna evidencia de que todo iría bien.
¿Qué pasaría si fueras a esos momentos aquí y ahora?
¿Qué te gustaría llevarte de ellos?
Hazlo ahora. Déjate inspirar por tu yo del pasado.
Tiene mucho que contarte.
💚¡Te mando un abrazo con todo mi amor de mi pasado en este momento presente!💚
¡Un abrazo y ojalá seas tú todos los días de tu vida!