No dejes de decir esto…
¿Sabes? Recuerdo como si fuera ayer cuando me subí en el avión. Era un Vueling Londres – Las Palmas el 2 de octubre del año pasado.
Por si eres nuev@ por aquí, ese día, al subirme al avión, no sabía si, al aterrizar, mi madre seguiría con vida. Le había dado un ataque al corazón y estaba en críticos.
Durante todo el vuelo recé porque siguiera con vida con el deseo de poder conversar todo lo que quedaba por conversar.
Ahora, pasado un tiempo considerable, ¿sabes qué creo?
Que por mucho que hayas podido hablar con tus padres, siempre quedará algo pendiente. Pero no lo digo como algo negativo sino precisamente para soltarlo.
Con nuestros padres, con nuestros ancestros, siempre habrá vínculo. Por lo tanto, “no puede” haber una despedida como tal, así como la entendemos con, quizás otro tipo de pérdidas.
Y, quizás, está bien que así sea.
No obstante, ahora que aún tengo la suerte de poder conversar con mis padres, quiero simplemente traer a este momento la importancia de nuestras conversaciones pendientes, si es que las hay.
Al final, todas las personas del mundo nos encontramos en el mismo lugar en cuanto a nuestra posición de hijos se refiere.
No todos somos padres, pero todos somos hijos.
Estén tus padres en este plano o no, te invito hoy a darles un lugar de honor y agradecimiento. Aquí va el mío:
Así que, desde aquí, gracias mami, gracias papi por haberme dado la vida.
Gracias por haberme transmitido los valores de la generosidad, del esfuerzo, de la disciplina, del amor.
Gracias por haber invertido gran parte de vuestra vida a acompañar mi crecimiento hasta convertirme en la persona que ahora soy.
Gracias a su vez por permitirme explorar quién soy yo sin ustedes.
Gracias por todo el cariño y el amor recibidos que han servido para amortiguar todos los golpes y reveses que naturalmente trae la vida consigo.
Gracias por admirarme y, a pesar de no estar de acuerdo, apoyarme en mis más aparentemente temerarias decisiones.
Gracias por confiar en mi criterio para vivir a pesar de que ustedes preferirían que llevara una vida más “estable” y “tranquila”.
Gracias por permitirme ser fuerte y vulnerable, responsable y alocada.
Pensándolo bien, siento que nos elegimos los tres: yo a ustedes como padres y ustedes a mí como hija. Gracias a la vida por haber permitido que esta elección se cristalizara.
Gracias papi y gracias mami. Gracias por seguir con vida porque, aunque sea “mayorcita” y aunque le de mil vueltas al mundo, ustedes son mi mundo.
Les quiero mucho.
¡Un abrazo grande a todos los hijos! ¡Y otro grande a todos los padres y madres que invierten cada día su tiempo, su energía y sus cuotas de vida para que otro ser sea mejor que ellos!
PD: Te invito a que te tomes un momentito a darles las gracias a tus padres… En el camino de alineación emocional, dar las gracias a los padres, colocarlos en el lugar que se merecen, nunca está de más, nos conecta y no tiene efectos secundarios negativos.
🤗¡Un feliz abrazo con todo mi amor de hija!🤗
🙏🏼Gracias por leer hasta aquí🙏🏼
¡Un abrazo y ojalá seas tú todos los días de tu vida!