¿Estás siendo así por miedo o por deseo?
Hoy quiero contarte algo y no sé cómo hacerlo porque es algo que me ha sorprendido tanto y que me resulta tan inexplicable… que no sé cómo podré transmitírtelo en palabras…
El caso es que hay algo que ha cambiado en mi en el último mes – mes y medio. Algo profundo. Y como lo que estoy viviendo ahora es tan increíble y tan cotidiano quiero gritarlo a los cuatro vientos por si pudiera servirte de algo.
Llevo 3 días en familia y nada me hace saltar como antes. No nos vamos a engañar, he dado algún saltititito, pero NADA comparado con hace 2 meses. Cayó un proyecto profesional importante y no me he hundido, ni me he cuestionado a mí misma mi valía. He tenido retos relacionales importantes últimamente y hay algo en mí que me ha hecho gestionarlo de manera diferente. Tan diferente que, a pesar de las emociones presentes era capaz de reconocerme y de decirme “vamos, tú puedes, linda”.
Obviamente, creo que uno no cambia de la noche a la mañana. Como decía Woody Allen: “Me tomó 10 años tener suerte de la noche a la mañana”. Pues así me siento yo.
Como si todo lo trabajado durante todos estos años estuviera brotando ahora… Y no, no estoy diciendo que haya llegado a una especie de Nirvana, como si se tratara de una estación de metro. No. Simplemente lo comparto contigo, por una parte, para celebrar y, por otra, deseando que algo de esto pueda servirte de inspiración y, a mí, de recordatorio de que se puede vivir CUALQUIER SITUACIÓN de manera diferente.
Este cambio, SEGURO, tiene que ver con un paradigma profundo. Un paradigma profundo, para mí, siempre está vinculado con una creencia de identidad. Es decir, con un pensamiento repetido sobre ti mism@ que comienza por “soy”. Yo “soy” esto, yo “SOY” lo otro. Cuando creo de mi que “soy” tímida, incapaz, que “soy” una persona que “no puede”, mi coherencia inconsciente se alinea para poder servir a ese pensamiento. ¿Qué quiere decir esto? Que siempre vas a actuar, sentir, operar e impulsarte según tus pensamientos más repetidos.
Fuerte, ¿eh? Eres los pensamientos que más te has repetido y te has creído. Y, a su vez, tus reacciones son fruto de estos pensamientos y emociones asociadas. Y, no solo eso, esos pensamientos y emociones repetidas en el tiempo han encontrado en su práctica unos cuantos beneficios.
Ahora, ¿quién es el guapo que cambia un pensamiento repetido y automático que tan bien te ha funcionado?
Pues el guapo es aquel que se compromete con su crecimiento y desarrollo personal y se cuestiona si esos pensamientos disponibles en el entorno le siguen sirviendo. Es decir, tus pensamientos y, por ende, tus actos en coherencia con los mismos, ¿son tuyos o son prestados? ¿Son tuyos o aprendidos? Y, si son aprendidos y prestados ¿te sirven o no? Lo mismo para los tuyos, ¿te siguen sirviendo?
Cuando firmo “ojalá seas tú todos los días de tu vida”, en realidad, lo que quiero decir es que te cuestiones el “tú” que te has conformado y te plantees si es el “tú” que realmente deseas ser.
La pregunta es… ¿estás siendo así por miedo o por deseo?
“El miedo es el padre del arrepentimiento” ¿sabes de quién es esta frase?
Porque al final, no se trata tanto de lo que estás viviendo sino de cómo lo haces. Al final se trata de averiguar de dónde nacen tus impulsos. Si eres absolutamente honest@ contigo, ¿desde dónde estás decidiendo ahora mismo en tu vida? ¿Desde el miedo o desde tu centro?
Y… qué duda cabe que, cuando estás en tu centro, eres como el junco que se dobla pero vuelve a estar de pie. Cuando estás en tu centro, en ese amor a ti profundo, podrás empezar a percibir que, donde antes un grano de arroz se te hacía una montaña, ahora, una gran montaña es percibida como un granito de arroz.
¿Qué ha cambiado? ¿El grano de arroz o la montaña? Ninguna.
Has cambiado tú. Ahora tú mandas. Desde el centro eres tú quien elige qué quieres que sea. Y, una vez eres consciente de ello, ya no hay vuelta atrás. Una vez sabes que eres tú, siempre lo sabrás. Empezarás a saber que cada cosa que te saca de tu centro eres tú. Porque solo tú puedes sacarte de ahí.
Todo lo demás… son maestros. Todo lo demás son espejos. Todo lo demás son referencias para que sepas donde te encuentras respecto a ti, dónde te ubicas respecto a tu centro.
¿Dónde estás ahora respecto al centro mismo de tu ser?
¿Dónde te gustaría estar?
¿De qué manera te sacas de tu centro?
¿Cómo lo haces específicamente?
¿Qué paradigma o pensamiento de ti quieres tener a partir de ahora?
Con estas preguntas, ahora ya tienes las respuestas. Si sabes cómo salir, sabes cómo entrar.
??Recuerda… Es tu manera de ver las cosas lo que crea la experiencia de las situaciones que vives. De todas las maneras que tienes de interpretar y vivir lo que estás viviendo, ¿para qué escoges ESA? ¿Todo el mundo lo vería y actuaría así? ¿Conoces a alguien que lo haría de una manera más habilidosa para sí mism@ y para los demás?
Hoy, no sé cómo transmitirte, cómo expresarte un típico tópico pero que hoy resuena en mi de manera tan distinta, tan amplia, con tanto espacio…
Estás a un pensamiento, a un paradigma de poder cambiar tu vida.
¡Un abrazo y ojalá seas tú todos los días de tu vida!