Dime cómo te ves y te diré quién eres
Dime, si te miras en el espejo ahora mismo (o móvil), ¿cómo te ves? ¿Te ves igual que ayer? ¿Qué hace un par de meses? ¿Qué hace un año?
¿Qué ha cambiado? Tanto si cómo te ves hoy es igual que hace un año, como si la imagen ha empeorado o, por el contrario, ha mejorado, está todo bien. Tan solo es información. ¿Esta información para qué nos sirve? Para saber si estamos alineando nuestras conductas, hábitos, emociones, pensamientos, etc con el “yo” que queremos ser o, por el contrario, con el “yo” por defecto (by default) .
Dentro de nosotros se halla un Mecanismo Creativo y un Mecanismo Destructivo y, ambos mecanismos obedecen a un siervo: tu yo consciente (en un 5 %) y tu yo inconsciente + subconsciente (en un 95%).
¿Qué es lo que le da la orden al mecanismo de que cumpla un objetivo y qué objetivo cumplir? Tus experiencias, las imágenes internas que proyectes en tu mente, las creencias e interpretaciones que hayas validado a través de tus experiencias, tu cultura, tus patrones familiares y sociales, tu genética, …
El conjunto de lo anterior conforma una imagen de ti mism@ que hace que desarrolles unos mecanismos inconscientes (95 % de nuestros procesos mentales son inconscientes) para cumplir con esa autoimagen. Toda la información obtenida y almacenada del exterior y procesada por el interior, conforman un referente de quien ser. Ese quien ser, nos invita a pensar, reaccionar, actuar y relacionarnos de unas formas muy concretas y coherentes con la información almacenada en nuestro interior y la interpretación que le hayamos dotado a la misma.
Si tus pensamientos, emociones, comportamientos y relaciones corresponden a un quien eres que quieres ser, ¡fenomenal! ¡Te felicito!, porque formas parte del 1 % de las personas que tiene una imagen ajustada de sí misma a la realidad.
Si, por el contrario, formas parte del 99 % de los seres humanos, entonces estás viviendo y siendo coherente con una imagen de ti que no encaja con la realidad y, lo peor de todo no es esto, es que esa imagen, en el 99 % de los casos es peor de lo que en realidad eres o de las posibilidades que se encuentran dentro de ti.
Pero, ¡que no panda el cúnico! No todo son malas noticias ?
Maxwell Maltz, Md, Fics, nos da pistas en su PsychoCybernetics acerca de cómo cambiar y ofrecernos a nosotros mismos una mejor autoimagen y, por tanto, una mejor experiencia vital, más ajustada a la realidad y a nuestras posibilidades como seres humanos creativos y creadores.
El otrora cirujano nos descubre a través de sus observaciones que, para poder cambiar de autoimagen y, por ende, de conducta, hábito, etc, será necesaria una imagen previa – utilizando nuestra imaginación – que nos sirva como referente.
No podemos desarrollarnos sin imaginar primero, sin sentir, esto es, sin haber estado antes ahí, en ese yo que queremos ser, que en el fondo somos y que no está totalmente expresado.
Imaginar es un recurso potentísimo y que, además, utilizamos constantemente, tanto para boicotearnos, como para conectar con nuestro yo más pleno.
¿Por qué es tan potente imaginar? Porque el cerebro no sabe distinguir entre realidad e imaginación y, porque las imágenes escalan o descienden a nuestro mundo inconsciente y subconsciente.
Si me permites, definiré muy brevemente la diferencia (para mí) entre inconsciente y subconsciente. Inconsciente es todo aquello que sabes y no sabes cómo lo sabes, así como cualquier información que no tengas accesible, es decir, consciente. El subconsciente opera a un nivel prácticamente no impactable por otros sistemas (¿o si?): se trata de todos aquellos mecanismos como la respiración, el ritmo cardíaco, la digestión y muchos otros sistemas que funcionan sin que nosotros lo hayamos aprendido de ninguna manera (o será que sí?).
¿Esto qué nos dice? Que si nuestro cerebro no sabe distinguir entre realidad e imaginación y lo alimentamos regularmente con la imagen de quien queremos ser, esto tendrá dos consecuencias:
Tu cerebro creerá que ya ha estado ahí y, por lo tanto, creerá que tan solo ha de volver, en lugar de “ir por primera vez”.
Las imágenes descienden al inconsciente y subconsciente impactando sustancialmente en nuestros mecanismos por defecto.
Una vez las imágenes descienden, comienzan a crearse mecanismos neurológicos para igualar la realidad con la imaginación de manera natural y sin esfuerzo.
Conclusiones:
Tu realidad actúa en coherencia con tu autoimagen
Si quieres cambiar tu realidad cambia tu autoimagen primero.
Puedes crear tu autoimagen utilizando la facultad de la imaginación.
Imaginar tiene dos beneficios: 1) le dice a tu cerebro que ya ha estado ahí y, por lo tanto crea los circuitos neurológicos para hacerlo posible, 2) impacta en nuestra mente inconsciente y subconsciente.
El cerebro es tu siervo y está creado para cumplir objetivos.
Tú eres la única persona capaz de darle órdenes a tu cerebro.
En un 99 % de los casos, los seres humanos subestimamos nuestra “persona” y no nos expresamos enteramente y de manera auténtica debido a la autoimagen que sostenemos de nosotros mismos.
Expande tu autoimagen y expandirás tu área de posibilidades.
Me ha encantado compartir contigo este “rollo” que me fascina y que me impulsa a crear una mejor autoimagen de mi misma.
Y, ya para ir cerrando… ¿qué tal si te preguntas?
¿Cómo es tu autoimagen expandida?
¿Quién eres tú en tu mejor autoimagen?
¿Qué puedes hacer hoy para estar un poco más cerca de esta autoimagen?
??Recuerda…Puedes volver a empezar o iniciar cualquier cosa que te propongas: estás a tan solo una imagen de estar más cerca de ella.
¡Un abrazo y ojalá seas tú todos los días de tu vida!