Por qué no perdonar

Hoy te contacto para preguntarte cómo gestionas cuando a raíz de una interacción con otra persona sufres un daño.

Y fíjate que no he dicho “por culpa” de otra persona.

¿Cuál fue la última vez que te sentiste tocad@, herid@, traicionad@ o todo a la vez?

Date cuenta, ahora que puede que estés más separad@ de la situación cómo en realidad ahora puedes dotarle de una lectura muy diferente a entonces que, a lo mejor, albergabas una mayor emoción y apego a tu postura.

¿Y qué hizo que todo cambiara?

¿Qué hizo que pudieras dejar atrás?

No fue tu perdón.

No creo en el perdón.

Hay algo de esa palabra que me rechina.

Siento que cuando digo “te perdono” me pongo por encima de ti. Y no creo que lo esté. Porque, ¿quién está libre de pecado? Que tire la primera piedra.

Creo profundamente que sería muy bueno considerar cambiar el perdonar por comprender.

Porque solo cuando entendí que tenía mucho que comprender es que me di cuenta de que, en el fondo, no había nada que perdonar.

Pero, ¡qué difícil comprender! ¡Qué difícil escuchar! ¡Qué difícil acercar posiciones! ¡Qué difícil admitir mi parte en esto!

Porque cuando uno se mira en lo profundo se da cuenta de que hubo una parte (a menos de que fueras totalmente inconsciente o muy niñ@) en la cuál tú también contribuiste (aunque fuera solo en un 5 %) en que esa situación ocurriera de ese modo.

Por lo tanto, comprender, a veces también implica ser aún más responsable.

¿Y quién quiere sentir ese peso?

Nadie.

Por eso mejor te lo doy a ti y me libero de él.

Lo más curioso de todo es que cuando pides perdón primero y comprendes al otro, lo abrazas en todo su ser, hay algo que se diluye.

Y los muros empiezan a caer.

Y de pronto, donde había dos niños enfadados y dolidos aparecen dos adultos en toda su esencia.

Y, te preguntarás, quizás.

¿Por qué yo? ¿por qué siempre tengo que ser yo quien de el primer paso?

Porque, como dice mi madre:

Porque tú puedes.

Si tienes amor, y estás hecho de amor, ¿por qué no darlo?

Y lo mejor de todo…

Cuanto más amor des, más tendrás.